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20 Por eso, el templo sufrió las penas que sufrió el pueblo, y también participó de los beneficios que Dios le dio. Cuando Dios, que es todopoderoso, se enojó con su pueblo Israel, el templo quedó abandonado; pero cuando el mismo Dios hizo las paces con su pueblo, el templo fue reconstruido y recobró su esplendor.

Abusos de los oficiales del rey

21 Antíoco se llevó del templo cerca de sesenta mil kilos de plata, y rápidamente se fue a Antioquía. Era tan orgulloso y vanidoso que se creía capaz de caminar por el mar y de hacer que los barcos navegaran en tierra.

22 Antes de irse de Judea, Antíoco dejó a varios oficiales para que siguieran maltratando a los judíos. En Jerusalén dejó a Filipo, oficial que venía de la región de Frigia y era más malo que su propio jefe.

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